domingo, 11 de mayo de 2008

Ya no son los mismos

Una dura prueba es la que están viviendo en estos días quienes por años han enarbolado la bandera de la libertad de prensa y, sin embargo, hoy se aterran con las consecuencias que podría tener la reciente sentencia del Tribunal del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) que favoreció a los propietarios del diario Clarín, Víctor Pey y la Fundación Presidente Allende.


Una “prueba de blancura” que obliga a quienes se han quejado de las nefastas consecuencias del duopolio. Sin ir más lejos, la misma Presidenta de la República , quien en una conversación informal sostenida en la antesala de la Unidad de Tratamiento Intensivos del Hospital Clínico de la Universidad Católica , donde agonizaba entonces el político y Premio Nacional de Literatura 2002, Volodia Teitelboim, se quejaba de lo que denominó “el cerco comunicacional”.
Con desazón les comentaba al Presidente del Partido Comunista y al Secretario General de la colectividad, entre otros, la frustración que la embargaba ante la imposibilidad de que las verdaderas obras y adelantos de su gobierno no tuvieran cobertura periodística por parte de La Tercera ni El Mercurio pero sí, en cambio, la recibieran las noticias relativas a escándalos por faltas a la probidad o a hechos delictuales.
Esta periodista le preguntó entonces a la mandataria, por qué era el Estado uno de los principales avisadores de El Mercurio, especialmente, si recibía, a su juicio, un trato tan injusto; que por qué no enviaba una orden a los ministerios para que a través del avisaje dieran preferencia a otros medios de comunicación, que no fueran parte del denominado “duopolio”, por ejemplo a Radio Universidad de Chile, la radio que piensa y que tan caro le ha costado su pensamiento crítico e independiente.
Para sorpresa de los presentes, la Presidenta dijo entonces que ya lo había hecho pero que su orden era desoída. Se produjo entonces, un breve momento de perplejidad y silencio.

La clara manifestación de la voluntad expresada primero por Víctor Pey y luego, por la Fundación Presidente Allende de revivir el mítico diario Clarín, en el caso de contar con los recursos provenientes de un fallo favorable, abre la esperanza de romper este “cerco comunicacional” que tan descorazonada tiene a la Mandataria.
Por cierto que este nuevo medio de comunicación no sería obsecuente a las directrices estatales, menos aún si, como lo manifestara el mismo Pey hace apenas una semana, el Clarín del siglo XXI seguiría, “firme junto al pueblo”, como rezaba bajo el título del tabloide.
Pero quienes están comprometidos verdaderamente con los valores de la democracia no podrían sino estar contentos con la posibilidad de abrir una nueva ventana para que entre aire fresco a través de una prensa independiente, que tan golpeada ha sido por esta Transición que prometía alegría y diversidad de colores, como los del arcoiris, y que nos ha condenado al blanco y negro.

Y es que la palabra es más fuerte que un fusil. Así lo recordaba esta semana la escritora nicaragüense Gioconda Belli en visita a nuestro país, una revolucionaria sandinista que vivió el rigor y las consecuencias de esa lucha en contra de la dictadura de Somoza, y que hoy, tiene a sus libros como bayonetas que se introducen en las mentes de sus lectores con la idea de cambiar el mundo.
El mismo imperativo ético que tenemos los periodistas, de entender, primero y luego cambiar el mundo.


El gobierno anunció que apelará al fallo y que busca sea declarado nulo…Quizás tienen miedo, de qué otra manera comprender la actitud de esos luchadores de entonces y que hoy, ya no son los mismos.

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